lunes, 25 de mayo de 2009

"LAS DOS PIEDRAS" Fernando Benedetti

RELATO (Cuento corto)
LAS DOS PIEDRAS
FERNANDO BENEDETTI 01/2.009

En una mañana soleada, caminando por la playa, como era mi costumbre, me encontraba en un silencio especial, que recorría los laberintos de mi cabeza, en forma ordenada, con presentimientos formulados, en esos momentos puros en ese pasear por la arena blanca de mi playa preferida, con la cabeza baja sumida en ese silencio descrito anteriormente, me encontré dos piedra, una de color oscuro y la otra blanca, percibí en aquel instante, que estas piedras revelarían alguna cosa. Iba caminando con mi amigo José Luis Almeida, incrédulo como ninguno, Le dije José: éstas piedras, representan la sabiduría, nos darán la oportunidad única, de conocer la respuesta de los acertijos de la vida, sus ojos parecían salirse de sus orbitas y me dijo, te has vuelto loco, son solo piedras, piedras que salen de lo profundo del océano.

Aparece Lola, amiga de la infancia, transitando adormitada, con signos de preocupaciones y desvelos, una vez nos saludamos, José le pregunta, qué te pasa Lola, ella cabizbaja, le responde, estoy en una sin salida, no sé qué hacer, se me han presentado a la puerta de mi casa, dos personas, con dos propuestas peculiares, no tengo las respuestas.

El sol seguía calentando la hermosura de su playa, era domingo, día en que la gente acude con la familia entera, para esparcir las penas, para tomar el descanso merecido de una semana, sin afán, pero llena trabajo.

Lola, una sicóloga de mucha reputación en nuestro medio, tenía unos 25 años, de cabello largo oscuro, bien cuidado, glamorosa de silueta suelta, llevaba sudadera y zapatos tenis.

La preocupación sonó a mi oído, se agudizó mi mente, la curiosidad devoraba, aquella tarde de domingo en donde Lola, nos contaría, que le habían propuesto esas dos personas, que arribaron a su casa. No despedimos ya era tarde, José sin titubear después del beso, le dijo: Lola, esta misma noche quiero hablar contigo. Ella con cierto rubor en sus mejillas, le contesta, te espero a las 8 y media.

José y yo hablamos largo rato, con la mente confusa y pensando, si las piedras encontradas, nos darían la respuesta a los misterios que acogían a Lola, si todo no era fruto del azar, del destino, de la circunstancias del momento, que rodeaba nuestro entorno.

El reloj marcaba las 8 de la noche, José tomó el teléfono y se comunicó con Lola, preguntándole si yo podía acompañarlo, no hubo traba, el camino estaba abierto. Salimos juntos y a la 8 y media, Lola nos recibía en su casa. Era una noche clara, llena de luceros y de estrellas, que deseaban ser testigos, de lo acontecido, entre las 8 y media y las 11 de la noche.

Una vez sentados en la terraza de la casa de Lola, José y yo no miramos y ambos miramos a Lola, insinuándole, que empezará su historia, que dijeron las dos personas peculiares y que no tenía las respuestas.

La primera de ellas, se llama Juana, afirma Lola. Juana, es una mujer hermosa, de edad madura, de piel bronceada o mejor mulata, de bella dentadura, de 1.72 de estatura y con unos ojos que penetran hasta el fondo de la intimidad del alma.

Mientras oía la historia, introduje la mano en mis bolsillos, agarré con fuerza las dos piedras, que reposaban dentro y las bendije con la mente, solicitándole al Todopoderoso, que si había necesidad de usarlas, fuera lo indicado para cumplir lo escrito, en el libro de la vida.

La otra persona era Oscar, joven de 28 años, mal vestido y deteriorado por su afanosa juventud mal vivida desgastada por la pasión y el vicio.

Juana, amiga de la familia de Lola, de varias generaciones, le dijo: Lola, tuve un sueño que necesito revelártelo, soy vidente, yo sé lo que me dicen, los sueños míos. Te vi, hace cinco días, caminado por la plaza de San Marcos, en un rincón del Huila y te vi cayendo por suelo, vi al hombre, disparándote desde una casa en ruinas. Efectivamente nos contaba Lola, tenía programado acudir aquel lugar para recibir su herencia, la cita era inaplazable.

Por otra parte Oscar, era hijo del conductor de su difunto abuelo, muy querido en la familia, le entregó una carta, la que leyó Lola detenidamente. En ella, se desvelaba una amenaza de secuestro, común en nuestro medio, señalaba la fecha exacta, la hora, el lugar de los anticipados acontecimientos. Los ojos del joven, como perdidos por la fatalidad que se aproximaba, revelándole un amor apasionado, le imploraba a su amor secreto e imposible, que se fuera de viaje, que no permaneciera en Cartagena.

Después de contarnos lo dicho por las dos personas, una muy amiga, la otra de un amor secreto y que no conocía, soltó de sus bellos ojos, lagrimas que corrían a través de sus mejillas. Quiero consejos amigos míos, no sé qué hacer, si acudir a recibir su herencia o huir de la ciudad, para no ser secuestrada, ni poder estar con su nuevo amor secreto.

Volví a meter la mano, en el bolsillo y tome en ella a mis dos piedras, la saqué, las mire con amor hondo, sin dudas y mirando a Lola, le conté la historia de mis piedras, de la blanca, de la negra, las del bien, las del mal, las que salieron de lo profundo del océano.

Como sin palabras, solo con la mirada fija y penetrante, le dije: las piedras deciden tu futuro, escoge una de mis manos, en cada una se encuentra, una de color blanco, que decide, si escoges la entrega de tu herencia; la otra, la negra, la que te indica que abandona Cartagena y el amor de aquel joven que te confesó, su querer en la penumbras de su loca juventud.

El reloj marcaba las 10 y 45 de la noche, José, los luceros, las estrella, y yo, éramos testigo de la decisión de Lola. Había escogido la partida, dejar la ciudad, no recibir su herencia, dejar los recuerdos al azar del pensamiento de Oscar. Nos dio un beso y nos dijo, hasta luego.

Han pasado ya cinco años, de esta historia, Lola vive en Nueva York, le entregaron su herencia y se caso con Oscar, viven Juntos desde hace tres años y tienen una hija que, también llamaron Lola.

lunes, 18 de mayo de 2009

"PUNTO FINAL DE MARIO BENEDETTI"


Mario Benedetti, puso punto final en el último suspiro de su vida.

Este importante poeta, no muere, solo puede colocar un punto final a su obra. muy admirado por esta página y por el mundo entero, se inmortalizó con de su partida.
El léxico de Benedetti, ignorando las palabras poéticas y poniéndole la inspiración a otras, han hecho de la obra de Mario Benedetti, un lenguaje universal, una pasión colectiva, por el sentido expresado en el contenido de sus escritos, de sus cuentos, de sus poemas.
Gracias Mario por tu legado, por tu existencia, con la seguridad que seguiremos estudiando tu obra magistral. Desde aquí te expedimos el PREMIO NOVEL- HONORIS CAUSA. Paz en tu retiro

martes, 12 de mayo de 2009

EL DIA MIERCOLES 6 DE MAYO DEL PRESENTE AÑO, CARLOS ALFONSO URIBE MARTINEZ, INSPIRADOR DE ESTA TRIBUNA LITERARIA, FALLECIO EN LA FLORIDA, DONDE RESIDÍA CON SU FAMILA.

SEGUIREMOS RECORDANDOLO CON INMENSO CARIÑO, LEYENDO SUS POEMAS, RECORDANDO AL POETA, AL PADRE, AL AMIGO, AL TORERO

PAZ EN SU PARTIDA

"HASTA LUEGO CARLOS ALFONSO" Fernando Benedetti


A
Carlos Alfonso Uribe Martínez
Por Fernando Benedetti

Es un día triste,
mi amigo partió
sin despedida,
ni siquiera un hasta luego,
bajo el rigor
del impulso omnipotente,
donde se cobijan las fuerzas
del universo,
Para confrontar el misterio
de la libertad del espíritu,
de su envoltura mortal.

Así era Carlos, impredecible
soñador y noble,
su música la hacía sonar
en la vasija de las circunstancias.
Con su poesía
construyó un castillo en su alma,
en las ventanas de la penas
sus palabras se prendían
como letras al papel cuando
su musa lo inspiraba
en sus viajes siderales.

Ya no oiremos su risa,
no tendremos la nostalgia
de sus notas,
ni la irreverencia de sus escritos,
pero si la fuerza de sus poemas,
de sus palabras
bautizabandose en crecidas olas,
en mar bravío como lo fue
su vida, en la tormenta
de sus sentimientos, de sus pasiones,
que hasta los toros,
aprendieron a querer la vida
y a no codiciar la muerte,
cambiando un traje de luces
Por un ropaje de poemas rotos.

CARLICHE, el poeta fugaz
como solías llamarte,
deambulaste por las sombras
de la soledad que nadie acostumbra,
besaste la triste incomprensión
que los genios encuentran
en sus paseos bohemios,
definiendo la amistad
como un camino de herraduras
en un desierto de arenas movedizas.

Sé que tu ilusión nació con el sorbo de una
copa de coñac, en una playa de arenas
blancas escondidas,
en el jardín del juego
de ajedrez más lindo de tu vida,
con mil damas,
unas veces como peón de brega,
otras como rey sin corona,
terminando como alfil
para cuidar de nuevo la jugada de la vida.
La tierra te entregó amores
calentando en su hoguera
ilusiones,
removiendo cenizas
quemando sentimientos de dolor
que expresan tus poemas.

Poetas como tú
no malgastan sus encargos,
los desclavan
para desafiar la
Borrasca,
en la búsqueda
de la música en los desiertos,
de la soledad de Atacama
pegado en el batallar
de gotas largas,
espejismo
de arenas blancas,
bajo un sol robustecido
en danza con la luna en el horizonte
que tanto mencionabas.

Hemos sembrado
un altar de fuego
en tu erudito muro de facebook
que en instantes permaneció gélido
con tu partida triste
pero ahora arde,
está exaltado y
visitado por todos
tus amigos, que en
algún episodio de la vida
Te encontramos.

lunes, 4 de mayo de 2009

"MARIO BENEDETTI"



MARIO BENEDETTI

Este importante hombre de letras de 88 años, está actualmente delicado de salud. Desde esta tribuna, hacemos votos por su pronta mejoría.

Mario Orlando Hamlet Hardy Brenno Benedetti Farugia, más conocido como, Mario Benedetti, hijo de Brenno Benedetti y Matilde Farugia, bautizado con cinco nombres, de acuerdo a la tradición italiana. Nació el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental de Uruguay, pero su familia se trasladó a Montevideo cuando sólo tenía cuatro años. Cursó la primaria en el Colegio Alemán de Montevideo, donde comenzó a escribir poemas y cuentos. Debido a problemas económicos de la familia pronto tuvo que trabajar, de manera que sólo pudo completar sus estudios secundarios como alumno libre. Ese contacto tan temprano con el trabajo, le permitió conocer a fondo una de las constantes que registra su literatura: el mundo gris de las oficinas burocráticas de Montevideo. Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires. Allí vivió largo tiempo trabajando en una editorial. En 1946 Benedetti se casó con Luz López Alegre.

De regreso a Montevideo, dirigió en 1948 la revista literaria Marginalia, que duró hasta el año siguiente, fecha en que pasa a formar parte del consejo de redacción de la revista Número.
También en 1949, Benedetti publicó su primer libro de cuentos, Esta mañana, y un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto. En 1953 apareció su primera novela, Quién de nosotros. Entre 1954 y 1960 ocupó tres veces la dirección literaria de Marcha, la revista más influyente de la vida política y cultural del Uruguay y una de las más importantes de América Latina. Fue clausurada en noviembre de 1974, después de sufrir numerosas suspensiones tras el golpe de estado de 1973. Con Poemas de la oficina, publicado en 1956, Benedetti influenció a los poetas de su generación sobre todo por el tono conversacional.
En 1957 viajó por primera vez a Europa. En ese mismo año, en el ámbito continental se produjo un acontecimiento que marcó no sólo a Mario Benedetti sino a todos los intelectuales latinoamericanos: la Revolución Cubana. Este hecho fue fundamental para el desarrollo literario y político del escritor uruguayo. Como el mismo ha declarado, le hizo mirar a América Latina cuando la mayoría de los intelectuales vivían deslumbrados por lo europeo. En 1966 visitó por primera vez Cuba y, entre1968 y 1971, trabajó en Casa de las Américas, institución cultural cubana.
En 1959 publicó el libro de El país de la cola de paja. Con su novela La tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió importancia internacional. En 1973, ante el golpe de estado en su país, se vio forzado a salir de Uruguay. Inició un exilio de 12 años y vivió en Argentina, Perú, Cuba y España.Su enorme producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que destacan la novela Gracias por el fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974), los cuentos de Con y sin nostalgia (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981). En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota. Sus libros más recientes son Despistes y franquezas (1990), Las soledades de Babel (1991), La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (1993) y su más reciente novela Andamios (1996). Su obra poética completa ha sido recogida en Inventario Uno (1950-1985) e Inventario Dos (1986-1991) y sus cuentos en Cuentos completos (1947-1994). Existe una biografía de Benedetti escrita por Mario Paoletti, que se titula Mario Benedetti, el aguafiesta.
Mario Benedetti, repartía su tiempo entre Uruguay y España. Después del fallecimiento de su esposa, Luz López, en abril de 2006, luego de luchar contra el alzhéimer, mudó su residencia al centro de Montevideo, Uruguay. Con motivo de este traslado, Benedetti, dona su biblioteca en España, al centro de estudios Iberoamericanos, Mario Benedetti, de la Universidad de Alicante.

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estas a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo
Aceptar tus sombras
Enterrar tus miedos
Liberar tu lastre
Retomar tu vuelo

NO TE RINDAS, QUE LA VIDA ES: ESO

Continuar el viaje
Perseguir tus sueños
Destrabar el tiempo
Correr los escombros
Y destapar el cielo


NO TE RINDAS, POR FAVOR NO CEDAS

Aunque el frio queme
Aunque el miedo muerda
Aunque el sol se esconda
Y se calle el viento
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños

Porque la vida es tuya
Y tuyo también el deseo
Porque lo has querido
Y porque te quiero

Porque existe el vino
Y el amor es cierto
Porque no hay heridas
Que no cure el tiempo


Abrir las puertas
Quitar los cerrojos
Abandonar las murallas
Que te protegieron
Vivir la vida y aceptar el reto

Recuperar la risa
Ensayar el canto
Bajar la guardia y extender las manos

Desplegar las alas
E intentar de nuevo
Celebrar la vida y retomar los cielos

NO TE RINDAS, POR FAVOR NO CEDAS

Aunque el frio queme
Aunque el miedo muerda
Aunque el sol se ponga y se calle el viento
Aún hay fuego en tu alma
Aún hay vida en tus sueños

Porque cada día es un comienzo nuevo
Porque ésta es la hora y el mejor momento
Porque no estás sola
Porque yo te quiero

"MAGNOLIA " Fernando Benedetti


Magnolia
Fernando Benedetti

Aquella noche
En que olías a magnolia
Me deje bautizar por tus aromas
Embriagado en olores
De tu cuerpo inmaculado,
Seduciendo en agonía
El fragor
De tus suspiros
Haciendo tus gemidos míos.

Fue esa noche
De taberna fría,
Cuando besaba
La avenencia, de esos
Labios, que despedían fuego
Pero no quemaban,
Humedecíamos las
Llamas del infierno
Cuando ardías a mi lado.

Mis manos recorrían
El temblor boscoso de
Tu pubis,
En el abordar de la
La erección del seno,
Induciendo a mi cuerpo
Sudoroso y frágil,
A derramar gotas
De pasión oscuro,
En ese cuarto frío,
/Allí,
Te había conocido.

"MUJER ARDIENTE" Carlos Alfonso Uribe.


MUJER ARDIENTE

Mujer ardiente de sabios ojos,
tus cabellos de arena purpura
de oro rojo,
mirada que hipnotiza
mis pasos caminando
sobre las espinas
del universo que cubre
tu cuerpo con pétalos de rosas.
Sangra mi corazón de alegría
al soñar con tu cuerpo,
desnudo manantial
que obsesionas
los látigos de fuego
donde florecen
los claveles rojos
dentro de mi cuerpo
y duermen en mis sentimientos
eternamente.
El roció de la aurora
las revive
con la sangre que derraman
mis profundos
y enamorados pensamientos,
eróticos, sublimes,
se esconden
donde duerme el alma
y se despiertan
las sensuales ilusiones.
Tus brazos bailan,
mis manos las buscan
y tus manos
aplauden
risas de flamenco
en tu mirada,
tu cuerpo flameante
me desnuda
y me vuelves loco.
Mujer ardiente
tus caderas
violín que camina
sobre las cuerdas
de mi alma
al son de tu risa
que enamora,
mi corazón danza un bolero
con tu música
al son de mi guitarra
que entre mis manos
las sensitivas
yemas de mis dedos
tocan las colinas
que no cubrieron tu cuerpo
los pétalos de rosa.

Carlos Alfonso Uribe

"FIESTA" Fernando Benedetti

FIESTA
Benedetti 04/09

Era un monasterio mudo
Sin monjes, sin misas,
Era un claustro muerto,
Solo hablaban sus campanas,
Su abadía había resucitado
Con el titilan de sus sonajas,
Enajenadas por la brisa.

Era un domingo de
Un atardecer anaranjado,
el sol
Estaba repicando
Un hasta luego,
Seduciendo
Una pintura de oro y fuego,
Concebida
En el lienzo del artista,
Desahuciando al astro,
En acuarela tibia.

Exaltando sus pinceles
Que cortejan a la noche
Al pintar la luna, con
Brochas frágiles
De colores fuertes.
De matices Llenos,
Porque así está hecha,
Redonda y llena,
Estaba en embarazo.

Nacimiento
De estrellas y luceros,
Que aborta en luces,
Concibiendo partícula
De fulgores y rugidos
En artificiales fuegos.

Explotan en el cielo,
Caen gotas ardorosas,
Fragmentos
De pétalos de viento,
Manojo de guirnaldas encendidas,
Vertiendo serpentinas
Vestidas de satín y seda,
Como en fiesta,
Vasija rebosada en polvareda.

Toda esa fantasía descolgada
De la manos del pintor,
En el bastidor de noche,
Se convierten,
En intimidad de besos,
De espirales movimientos,
Del sudor angustioso del autor,
Envueltas en oscuro velo
En el querer despedir al sol,
Y casarse con el festín de noche.

"JUEGOS DE AMOR" Carlos Alfonso Uribe.

JUEGOS DE AMOR

Por que te amo?
vuelo entre las aves,
las mariposas
acarician tus mejillas
en el amarillo pálido
del miedo sensible
de la obstinación aparente
al saber que el amor
suele perderse,
esfumarse.
Sueño dejarte ir volando
en las nubes
de tu blanca risa
cuando corríamos
tarde hacia la iglesia,
la arena del mar
en mis bolsillos
llegando tarde
a rezar el credo del amor
en nuestras vidas.
Tu de espaldas al horizonte
tomándote una caipiriña.
La cresta espumosa de las olas
cubrían nuestras sienes,
vasca de sal y agua,
diminuta sombrilla de terciopelo,
acaricias y cubres
mis pensamientos
con tu sombra espiritual.
Perdóname
al son de la armonía
de tus sabios besos
y volver románticos
los juegos de pasión
cuando nos hundíamos
haciendo del amor
una poesía,
y desde lejos
nos miraban los turistas.
Forma espiritual
en que te pido perdón
arrodillado
en la desnuda playa
con tus pechos
entre mis brazos,
y tu boca sellada
a la mía muy serena,
y de esta forma
poder soñar
algún día
sobre la arena del mar
poder volverte a acariciar.

Carlos Alfonso Uribe. Cuando un ave se va, deja siempre su nido, y si realmente en el le gusta vivir, vuelve donde su enamorado, aunque en su largo viaje lo haya perdido.