
A
Carlos Alfonso Uribe Martínez
Por Fernando Benedetti
Es un día triste,
mi amigo partió
sin despedida,
ni siquiera un hasta luego,
bajo el rigor
del impulso omnipotente,
donde se cobijan las fuerzas
del universo,
Para confrontar el misterio
de la libertad del espíritu,
de su envoltura mortal.
Carlos Alfonso Uribe Martínez
Por Fernando Benedetti
Es un día triste,
mi amigo partió
sin despedida,
ni siquiera un hasta luego,
bajo el rigor
del impulso omnipotente,
donde se cobijan las fuerzas
del universo,
Para confrontar el misterio
de la libertad del espíritu,
de su envoltura mortal.
Así era Carlos, impredecible
soñador y noble,
su música la hacía sonar
en la vasija de las circunstancias.
Con su poesía
construyó un castillo en su alma,
en las ventanas de la penas
sus palabras se prendían
como letras al papel cuando
su musa lo inspiraba
en sus viajes siderales.
soñador y noble,
su música la hacía sonar
en la vasija de las circunstancias.
Con su poesía
construyó un castillo en su alma,
en las ventanas de la penas
sus palabras se prendían
como letras al papel cuando
su musa lo inspiraba
en sus viajes siderales.
Ya no oiremos su risa,
no tendremos la nostalgia
de sus notas,
ni la irreverencia de sus escritos,
pero si la fuerza de sus poemas,
de sus palabras
bautizabandose en crecidas olas,
en mar bravío como lo fue
su vida, en la tormenta
de sus sentimientos, de sus pasiones,
que hasta los toros,
aprendieron a querer la vida
y a no codiciar la muerte,
cambiando un traje de luces
Por un ropaje de poemas rotos.
CARLICHE, el poeta fugaz
como solías llamarte,
deambulaste por las sombras
de la soledad que nadie acostumbra,
besaste la triste incomprensión
que los genios encuentran
en sus paseos bohemios,
definiendo la amistad
como un camino de herraduras
en un desierto de arenas movedizas.
Sé que tu ilusión nació con el sorbo de una
copa de coñac, en una playa de arenas
blancas escondidas,
en el jardín del juego
de ajedrez más lindo de tu vida,
con mil damas,
unas veces como peón de brega,
otras como rey sin corona,
terminando como alfil
para cuidar de nuevo la jugada de la vida.
La tierra te entregó amores
calentando en su hoguera
ilusiones,
removiendo cenizas
quemando sentimientos de dolor
que expresan tus poemas.
Poetas como tú
no malgastan sus encargos,
los desclavan
para desafiar la
Borrasca,
en la búsqueda
de la música en los desiertos,
de la soledad de Atacama
pegado en el batallar
de gotas largas,
espejismo
de arenas blancas,
bajo un sol robustecido
en danza con la luna en el horizonte
que tanto mencionabas.
Hemos sembrado
un altar de fuego
en tu erudito muro de facebook
que en instantes permaneció gélido
con tu partida triste
pero ahora arde,
está exaltado y
visitado por todos
no tendremos la nostalgia
de sus notas,
ni la irreverencia de sus escritos,
pero si la fuerza de sus poemas,
de sus palabras
bautizabandose en crecidas olas,
en mar bravío como lo fue
su vida, en la tormenta
de sus sentimientos, de sus pasiones,
que hasta los toros,
aprendieron a querer la vida
y a no codiciar la muerte,
cambiando un traje de luces
Por un ropaje de poemas rotos.
CARLICHE, el poeta fugaz
como solías llamarte,
deambulaste por las sombras
de la soledad que nadie acostumbra,
besaste la triste incomprensión
que los genios encuentran
en sus paseos bohemios,
definiendo la amistad
como un camino de herraduras
en un desierto de arenas movedizas.
Sé que tu ilusión nació con el sorbo de una
copa de coñac, en una playa de arenas
blancas escondidas,
en el jardín del juego
de ajedrez más lindo de tu vida,
con mil damas,
unas veces como peón de brega,
otras como rey sin corona,
terminando como alfil
para cuidar de nuevo la jugada de la vida.
La tierra te entregó amores
calentando en su hoguera
ilusiones,
removiendo cenizas
quemando sentimientos de dolor
que expresan tus poemas.
Poetas como tú
no malgastan sus encargos,
los desclavan
para desafiar la
Borrasca,
en la búsqueda
de la música en los desiertos,
de la soledad de Atacama
pegado en el batallar
de gotas largas,
espejismo
de arenas blancas,
bajo un sol robustecido
en danza con la luna en el horizonte
que tanto mencionabas.
Hemos sembrado
un altar de fuego
en tu erudito muro de facebook
que en instantes permaneció gélido
con tu partida triste
pero ahora arde,
está exaltado y
visitado por todos
tus amigos, que en
algún episodio de la vida
Te encontramos.
algún episodio de la vida
Te encontramos.
Fernando:
ResponderEliminarLinda remembranza de un amigo. No me sorprende pués palabras tan sentidas solo pueden salir una bella alma.
Mario Agudelo
DelSurTrading@gmail.com