COPA DE VINO
Te duermes
en el ocaso del cedro fundido,
copa de vino,me traes recuerdos
Cuando nuestras manos
abusaban de ti
sin descansar,
una detrás de otra
bajabas por nuestro cuerpo
y encendías nuestras venas.
Hablábamos todos a la misma vez
como sabios rompecabezas,
el Dios Baco,
el amalgama y el tabaco,
el humo nos cubría
con su niebla espesa.
En la ebriedad
se nos perdió
la constelación amorfa
de los sueños indeseados,
Todos practicábamos discursos
que a veces escribíamos
borrachos en la madrugada.
El telescopio de la botella
que indiscretamente nos filmaba,
Andrés Caicedo,
al que enterramos
después de su tercer suicidio.
Entre copa y copa los recuerdos,
son todos mis hermanos,
toda esta constelación
de amigos de mi juventud,
a los que extraño
como a una copa de vino
y no los puedo olvidar.
Lo que tomamos, y bebimos,
en un guayabo los recuerdos
colgados los dejamos,
hasta la próxima copa eterna
que bebamos
, en nuestra sobria eternidad.
Carlos Alfonso Uribe.
domingo, 29 de marzo de 2009
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